ácrata del norte
muerte al estado
El ABC del comunismo libertario (Alexander Berkman)
Categories: libros, política

Considero el anarquismo como la concepción más racional y práctica de una vida social en libertad y en armonía. Estoy convencido de que su realización es una certeza en el curso del desarrollo humano.

La época de esa realización dependerá de dos factores: primero, de la rapidez con la que las condiciones existentes se conviertan en algo insoportable física y espiritualmente para porciones considerables de la humanidad, particularmente para las clases trabajadoras; y, en segundo lugar, del grado en que las concepciones anarquistas sean comprendidas y aceptadas.

Nuestras instituciones sociales están fundadas en ciertas ideas; mientras que estas últimas sean aceptadas generalmente, están a salvo las instituciones edificadas sobre ellas. El gobierno permanece fuerte porque el pueblo piensa que la autoridad política y la compulsión legal son necesarias. El capitalismo continuará mientras que un sistema económico así sea considerado adecuado y justo. El debilitamiento de las ideas que sostienen las condiciones actuales perversas y opresivas significa el derrumbamiento último del gobierno y del capitalismo. El progreso consiste en abolir lo que el hombre ha superado y sustituirlo por un entorno más adecuado.

Tiene que ser evidente incluso para el observador casual que la sociedad está experimentando un cambio radical en sus concepciones fundamentales. La Guerra mundial y la Revolución rusa son las principales causas de ello. La guerra a desenmascarado el carácter corrompido de la competencia capitalista y la incompetencia criminal de los gobiernos para solucionar conflictos entre las naciones, o más bien entre las camarillas financieras gobernantes. Precisamente porque el pueblo está perdiendo la fe en los viejos métodos, las grandes potencias se ven obligadas ahora a discutir la limitación de los armamentos e incluso a convertir la guerra en algo ilegal. No hace tanto tiempo cuando la mera sugerencia de una posibilidad así era recibida con el máximo escarnio y ridículo.

De modo semejante se está derrumbando la creencia en otras instituciones establecidas. El capitalismo todavía «funciona», pero la duda sobre su eficacia y su justicia está royendo el corazón de círculos sociales cada vez más amplios. La Revolución rusa ha difundido ideas y sentimientos que están minando la sociedad capitalista, particularmente sus bases económicas y la santidad de la propiedad privada sobre los medios de la existencia social. Pues el cambio de octubre tuvo lugar no sólo en Rusia: ha influido en las masas de todo el mundo. La acariciada superstición de que lo que existe es algo permanente ha sido sacudida más allá de toda recuperación.

La Guerra, la Revolución rusa y los desarrollos posteriores a la guerra se han combinado también para desilusionar a grandes cantidades de personas sobre le socialismo. Es literalmente verdad que el socialismo, como el cristianismo, ha conquistado al mundo derrotándose a sí mismo. Los partidos socialistas dirigirán o ayudarán a dirigir la mayoría de los gobiernos europeos, pero el pueblo no cree más que son diferentes de otros regímenes burgueses. Ellos sienten que el socialismo ha fracasado y que está en bancarrota.

De la misma manera, los bolcheviques han probado que el dogma marxista y los principios leninistas pueden conducir tan sólo a la dictadura y a la reacción.

Para los anarquistas no hay nada sorprendente en todo esto. Siempre han sostenido que el Estado es destructor de la libertad individual y de la armonía social y que tan sólo la abolición de la autoridad coercitiva y la desigualdad material pueden resolver nuestros problemas políticos, económicos y nacionales. Pero sus argumentos, aunque estaban basados en la antigua experiencia del hombre, parecían mera teoría a la generación presente, hasta que los acontecimientos de las últimas dos décadas han demostrado en su vida actual la verdad de la posición anarquista.

El derrumbamiento del socialismo y del bolchevismo han despejado el camino para el anarquismo.

Existe una considerable literatura sobre el anarquismo, pero la mayoría de sus grandes obras están escritas antes de la Guerra mundial. La experiencia del pasado reciente ha sido vital y ha hecho necesarias ciertas revisiones en la actitud anarquista y en su argumentación. Aunque las proposiciones básicas permanecen las mismas, algunas modificaciones de aplicación práctica están dictadas por los hechos de la historia actual. En particular las lecciones de la Revolución rusa exigen un nuevo planteamiento de varios problemas importantes, de modo especial entre ellos el relativo al carácter y a las actividades de la revolución social.

Además, los libros anarquistas, con muy pocas excepciones, no son accesibles a la comprensión del lector medio. Es un defecto común entre la mayoría de las obras que tratan de cuestiones sociales que estén escritas en el supuesto de que el lector está ya familiarizado en una extensión considerable con el asunto, lo cual no ocurre por lo general en modo alguno. Como resultado de esto, existen muy pocos libros que traten los problemas sociales de una forma sencilla e inteligible.

Por eso razón considero como muy necesaria una nueva exposición de la postura anarquista en este momento, una nueva exposición en los término más llanos y claros, que puedan entenderlos todo el mundo.

Es decir, un ABC del anarquismo.

Teniendo presente este objetivo es como han sido escritas las siguientes páginas.

Alexander Berkman

París, 1928.

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